Escritoras victorianas o las “Reinas del más allá” Cuando Virginia Woolf estudió la historia de las mujeres escritoras en Inglaterra decía: “para escribir novelas es necesario que una mujer cuente con dinero y un cuarto propio”. En ese recuento histórico, Woolf hace hincapié en la pobreza en que vivieron las mujeres por muchos años. Hasta el siglo XVIII, con Aphra Behn (1640-1689), la escritura adquirió un valor práctico y se abrió una posibilidad de vivir de la escritura (no literaria). Este mismo camino fue el sendero por medio del cual las mujeres de clase media, como George Eliot, Jane Austen y las hermanas Brontë, empezaron a trazar su camino como escritoras.
Ahora bien, durante el reinado de Victoria en el Reino Unido (1840-1901) surgieron una gran cantidad de escritoras mujeres talentosas. Algunas de ellas, recurrían al uso de seudónimos como lo hizo George Eliot, Currer Bell (junto con sus hermanas Brontë), entre otras. Esa disidencia frente al género como escritoras nacía para evitar caer, de entrada, en los estereotipos de lo femenino donde solían catalogar a la literatura escrita por mujeres. Por otro lado, tenemos el caso de William Cather (Willa) quien no solo firma sus obras bajo un seudónimo masculino, sino que adopta ese nombre en su cotidianidad y empieza a vestirse de forma masculina, eso sí, a finales de la época Victoriana y residiendo en Nueva York. La época victoriana, a grandes rasgos, es considerada como la cúspide de la revolución industrial. Cuando Victoria asciende al trono, Inglaterra todavía era en gran medida agraria y rural. A su muerte, el país estaba altamente industrializado e incluso contaba ya con una red ferroviaria que conectaba el territorio. Simultáneamente, surgieron epidemias como: el tifus, el cólera y la tuberculosis (esta última fue causante de la muerte de las hermanas Brontë). Al tiempo que sucedía esta industrialización del territorio, entre la población creció un interés por lo Oculto. Este interés va a permear la obra de las escritoras victorianas y va a permitirles cuestionar y revaluar el sistema de valores patriarcal en el que vivían. De esta manera, los hombres que en la realidad eran reconocidos por guardar un pensamiento y una postura racional propias de la época, en los relatos aparecen como personas vulnerables y desprovistas de sus privilegios sociales, mediante su enfrentamiento con lo sobrenatural y desconocido. Esta sesión plantea ser una invitación para pensarnos nuestra realidad, ahora asolada por una pandemia; para atrevernos a explorarla y moldearla, por medio de la ficción. De esta manera, podremos reflexionar sobre cuál es la realidad que queremos que persista en nosotros una vez acabe la cuarentena. Fuentes bibliográficas: Damas Oscuras: Cuentos de fantasmas de escritoras victorianas eminentes. Varias autoras. 2017. Una habitación propia de Virginia Woolf. |
Jueves 9 de Abril 2020
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