Sábado de artes plásticas
09/05/20 |
Curador: Nicolás Gómez Echeverri
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Las siguientes imágenes corresponden a tres proyectos que hemos desarrollado en el Museo de Arte Contemporáneo de Lima desde que tomé el cargo de la dirección. En conjunto con la curadora del museo -Giuliana Vidarte- y los equipos de educación y comunicaciones, hemos promovido y comisionado proyectos de artistas locales que abiertamente inviten a la participación e interacción del público. Para el caso del MAC, éste es un público diverso, mitad extranjero y mitad peruano (de esta mitad una mayoría escolar). De una parte, los turistas buscan y aprecian ver arte peruano, de otra parte, los locales suponen el mayor reto, puesto que quieren ver arte foráneo, y además no están familiarizados con el inmenso espectro de lenguajes del arte contemporáneo. Al enfocarnos en arte contemporáneo local, podemos cohesionarnos con una comunidad creativa desamparada por la institucionalidad y dependiente absolutamente del mercado, a la vez que nos posicionamos como alternativa turística de interés.
Los tres proyectos elegidos replantean la noción misma de "exposición" -entendida como una secuencia de imágenes con una narrativa predefinida por la curaduría-, y justamente los presentamos como "proyectos". Los comprendemos como experiencias de constante transformación en las que el público aporta material y simbólicamente, y se motivan reflexiones relacionadas con identidad y territorio. "Ecosistemas del agua" fue un proyecto ganador a un premio convocado en 2019; invitaba al espectador a recorrer una instalación tejida en totora, en la que caía agua vaporizada del techo, que se filtraba en estructuras de junco y de piedra, para luego poder ser bebida. Ampliaba el conocimiento sobre el uso de plantas locales para suplir inmensas necesidades de acceso y tratamiento del agua en el desierto. "Materia común" era un proyecto en el que construíamos en sala una simulación de una ciudad utópica de una referencia literaria del SXVIII que supuestamente contenía todo el conocimiento de la humanidad; para esto, utilizamos barro de la zona de Chilca -que se cree que tiene poderes mágicos curativos- y empastes de periódico -por tratarse una referencia contemporánea al conocimiento. El público podía ayudar al tratamiento y manipulación de los materiales, además de que nos dejaba objetos personales a manera de ofrenda a la construcción o a la experiencia. "Vera" consta de una serie de esculturas diseñadas a partir de la lectura gráfica de la frecuencia sonora de diferentes canciones típicas peruanas, que a su vez sirvieron como inspiración para la composición sonora que se oía en el lugar; el público podía mover las esculturas y, mientras lo hacía, alteraba la sonoridad del espacio, creando así composiciones musicales diversas a partir de sus dinámicas de recorrido. Estos proyectos ejemplifican el modo como hemos querido que el museo se posicione como lugar de encuentro y diálogo. Justamente, son intenciones seriamente amenazadas por la coyuntura actual, que creemos no tienen un equivalente en el escenario virtual, a pesar de que éste sea útil para otro tipo de interacciones e intenciones.
Los tres proyectos elegidos replantean la noción misma de "exposición" -entendida como una secuencia de imágenes con una narrativa predefinida por la curaduría-, y justamente los presentamos como "proyectos". Los comprendemos como experiencias de constante transformación en las que el público aporta material y simbólicamente, y se motivan reflexiones relacionadas con identidad y territorio. "Ecosistemas del agua" fue un proyecto ganador a un premio convocado en 2019; invitaba al espectador a recorrer una instalación tejida en totora, en la que caía agua vaporizada del techo, que se filtraba en estructuras de junco y de piedra, para luego poder ser bebida. Ampliaba el conocimiento sobre el uso de plantas locales para suplir inmensas necesidades de acceso y tratamiento del agua en el desierto. "Materia común" era un proyecto en el que construíamos en sala una simulación de una ciudad utópica de una referencia literaria del SXVIII que supuestamente contenía todo el conocimiento de la humanidad; para esto, utilizamos barro de la zona de Chilca -que se cree que tiene poderes mágicos curativos- y empastes de periódico -por tratarse una referencia contemporánea al conocimiento. El público podía ayudar al tratamiento y manipulación de los materiales, además de que nos dejaba objetos personales a manera de ofrenda a la construcción o a la experiencia. "Vera" consta de una serie de esculturas diseñadas a partir de la lectura gráfica de la frecuencia sonora de diferentes canciones típicas peruanas, que a su vez sirvieron como inspiración para la composición sonora que se oía en el lugar; el público podía mover las esculturas y, mientras lo hacía, alteraba la sonoridad del espacio, creando así composiciones musicales diversas a partir de sus dinámicas de recorrido. Estos proyectos ejemplifican el modo como hemos querido que el museo se posicione como lugar de encuentro y diálogo. Justamente, son intenciones seriamente amenazadas por la coyuntura actual, que creemos no tienen un equivalente en el escenario virtual, a pesar de que éste sea útil para otro tipo de interacciones e intenciones.
Proyecto Ecosistemas del Agua: Ver proyecto