Cesar Peña
Académico, profesor universitario, papá, esposo, aficionado a los juegos de mesa y a la fabricación de pastas artesanales y otros productos a base de harina, con recetas no muy canónicas pero sabrosas. Mis intereses académicos han girado siempre en torno a la ciudad como hecho estético, en particular lo relacionado con procesos cotidianos y ordinarios que frecuentemente involucran manifestaciones de diseño, arte y arquitectura. Como he sido solicitado por el ornitorrinco club a partir de mi afición a los juegos, dedicaré este breve perfil a darle una idea a sus miembros, sobre mi relación con la ludonáutica antes que hablarles sobre mi perfil académico. Desde siempre me gustaron los juegos de mesa y cuando niño las vacaciones las pasábamos jugando cartas, juegos de mesa, y dados con mis hermanos. Esa época estuvo mediada principalmente por juegos tradicionales pero más adelante mientras cursaba estudios de postgrado, empecé una colección modesta que ahora ya cuenta con varios títulos representativos de lo que es la industria moderna del juego de mesa. Una de las razones que me hizo aferrarme a los juegos fue la necesidad de tener un espacio libre tanto de pantallas como que me permitiera escapar de la soledad infinita que implicaba la investigación y la escritura en solitario. En medio de un proceso tan retraído como el que estaba llevando a cabo, la socialización alrededor del juego me mantuvo cuerdo (eso creo) y adicionalmente me permitió generar otro escenario para la interacción con familia y amigos. Mi afición a los juegos se cruza con mi obsesión por la ciudad y varios de los títulos de mi colección giran alrededor de temas urbanos o artísticos. Muchos otros se basan simplemente en temas fantásticos o ridículos, lo cual ha sido también un aprendizaje para no tomarme todo tan en serio. Algo que me atrae y me atrapa de los juegos es la mecánica en la que se basa el mismo juego, lo cual ha constituido parte central de los criterios para seleccionar los títulos que pasan a ser parte de mi colección. Para los que no estén familiarizados con el término "mecánica de juego" el término no les va a decir mucho por ahora pero les prometo que lo explicaré con detalle en mi intervención y por ahora déjenme contarles que mi colección reune diferentes mecánicas de juego que se basan en la ubicación de trabajadores para realizar acciones específicas que generan a su vez una recompensa inmediata o a largo plazo; otras más sencillas como colección de sets de cartas; lanzar dados y escribir el resultado de acuerdo a una plantilla predeterminada; administración de mano (de cartas); colocación de losetas como si de un rompecabezas comunal se tratara; entre muchas otras. En mi pequeña intervención en el club, les hablaré de una de estas mecánicas que surge de un juego cuyo origen data aproximadamente de la década del 30 del S. XX, pero con posibles ancestros muy anteriores. La idea es mostrarles cómo funciona esa mecánica y cómo otros juegos contemporáneos, la han aprovechado para generar nuevas dinámicas a partir de la misma lógica y también que intentemos identificar en el espacio del juego un escape a la paranoia y el hastío que nos puede agobiar por estos días.